Publicado originalmente en ladobe.com.mx
Mely Arellano
@melyarel
Alguien sugirió vía Twitter que viéramos el cortometraje Violeta.
Alguien más lo propuso casi al final del encuentro. “Además así se
llama mi mamá”, dijo, y ante tal justificación pues quién iba a negarse.
La historia es como un cuento o un sueño: más bien un cuento sin final feliz o un mal sueño.
Violeta pierde a sus dos hijas, las amarillas, que son secuestradas, violadas y asesinadas por los sin sombra.
Violeta las busca sin cansancio, aunque hay quienes le sugieren que
deje de hacerlo. La historia es real, sucedió en Colombia. Al final de
la proyección, mientras los créditos se deslizaban hacia abajo
desapareciendo de la pantalla, aún guardábamos silencio. Un silencio que
sin decir, decía: eso también está pasando en México.